La creatividad como proceso, puede explicarse en términos de una serie de etapas. La siguiente descripción es una propuesta por Harry Alder en su libro Inteligencia creativa.
“1. Preparación, 2. Incubación, 3. Iluminación, 4. Verificación. Las etapas primera y última requieren el procesamiento del hemisferio izquierdo, mientras que las dos centrales exigen el del hemisferio derecho. No obstante, se ha visto en la práctica que todo pensamiento es holístico, que cualquier tendencia hacia algunos de los hemisferios es una cuestión de grado y que el cerebro realiza varias actividades de manera paralela.”
Este mismo autor agrega una etapa más, la frustración, menciona que ésta se da antes de la incubación, es una fase de transición, o una zona de intersección. A continuación se explican cada una de las etapas incluyendo a la frustración como una de ellas.
Preparación:
Es la primera etapa del proceso creativo, aquí al igual que en el método científico, se parte de la formulación de un problema, la persona involucrada recopilada datos, observa e identifica las variables que va a estudiar, esta es una etapa consciente en la que el individuo está en contacto con su curiosidad.
Frustración:
Ocurre cuando ya se ha analizado el problema a estudiar y ante el afán de querer llegar a una solución se está dispuesto a dejar el problema de lado porque simplemente se tiene la percepción de que no se está llegando a ningún lado. En otras palabras, el hecho de descansar de una tarea no significa que estamos iniciando un proceso inconsciente que producirá espontáneamente una idea. Más bien, todo sigue un proceso de profunda deliberación y meditación.
Incubación:
La fase de incubación se desarrolla en el inconsciente. Consiste en una consideración del problema y en la búsqueda de una solución pero desde otro punto de vista, es decir, subconsciente. En esta fase se estudian sobre el inconsciente las experiencias acumuladas. La incubación y la frustración van ligadas, que coexisten ambas en este proceso.
Iluminación. Momentos Eureka:
La fase de iluminación está constituida por la vivencia del «¡Ajá!» y del «Eureka!». Es un momento inesperado; en él, el material acumulado durante la fase incubatoria se transforma en un conocimiento claro y coherente que aflora de manera repentina.
Verificación:
constituye la parte final del proceso, en la cual se comprueba, examina y configura la nueva visión hasta adecuarse al individuo creativo y al entorno, En esta fase se da el cometido más difícil, que es el de la comunicación, consistente en traducir la visión subjetiva a formas simbólicas objetivas (como la escritura o el lenguaje).